El arte de morir a tiempo...


Morir es cruzar el mar, una oscuridad espontánea en la oscuridad de la vida, todavía no hay otro nombre con que se le pueda nombrar.

Morir es algo tan cotidiano que se piensa que no ocurrirá y asombra cuando sucede.

Cuándo podrá decirse que se muere a tiempo, quién posee ese arte de puntual despedirse, sin demasiado vivir y sin morir temprano, en el instante conveniente sabiendo que la muerte es solo otro tipo de vida.

Todos toman es serio a la muerte, no obstante morir no es motivo de fiesta, y no debería de haber luto. Solo después de la muerte se podrá entender de mejor manera la vida. La muerte es como un perfume que desencadena el corazón del que surge llanto.

Muestro la muerte extinguidora, dueña de todas las vidas, la que no acepta promesas, pues por fuerza sabe que no podemos cumplir, la que llega con sigilo como un ladrón, abriéndose paso entre sepulturas hasta el lecho y con una seña pide que la sigan.