La injusta moralidad de intentar no ser...


Respetando mi juicio, que es lo más humanista que tengo, pues desde este ángulo de la existencia nada es más impersonal que lo que tratas de representar y no está en ti. Pongo esta alma mía donde quiero y no me nutro de inútiles y vanos ruegos, sino de la exploración del ser y la virtud de caminar por lo poco explorado.

Y puedo, a ciencia cierta, decir que todo aquel que no reconoce los niveles de maldad y de bondad de que somos capaces los seres humanos, vive los estragos de la miseria y no puede encontrar su equilibrio.

Y es en la miseria de la moralidad donde todos los que creemos en los demás, en lo que dicen que sienten, que encontramos el castigo por intentar no ser.